Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve.A ti clamamos los desterrados hijos de Eva.
A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
¡Ea!, pues, Señor, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiososy después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén
imagen Susana Trigo
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